La Gran Muralla China posee una historia más antigua de lo que se pensaba. Nuevos descubrimientos arqueológicos en la provincia china de Shandong han mostrado que su edificación inició unos 300 años antes de lo que se había calculado previamente. Este hallazgo ubica su inicio entre el final de la dinastía Zhou (1046-771 a.C.) y el comienzo del Periodo de Primavera y Otoño (770-476 a.C.).
La Gran Muralla China tiene una historia aún más antigua de lo que se creía. Recientes hallazgos arqueológicos en la provincia china de Shandong han revelado que la construcción comenzó aproximadamente 300 años antes de lo estimado previamente. Este descubrimiento sitúa su inicio entre finales de la dinastía Zhou (1046-771 a.C.) e inicios del Periodo de Primavera y Otoño (770-476 a.C.).
De acuerdo con Zhang Su, responsable de la excavación y miembro del Instituto de Antigüedades y Arqueología de Shandong, la antigüedad de las murallas se divide en dos etapas: una temprana, asociada a la dinastía Zhou, y otra tardía, perteneciente al período de los Estados Guerreros (475-221 a.C.). Este hallazgo no solo altera la cronología de la edificación de la Gran Muralla, sino que también proporciona información crucial sobre su desarrollo y papel defensivo.
Según el jefe de la excavación, Zhang Su, del Instituto de Antigüedades y Arqueología de Shandong, la edad de las murallas se divide en dos fases: una temprana, correspondiente a la dinastía Zhou, y otra tardía, que se ubica en el periodo de los Estados Guerreros (475-221 a.C.). Este descubrimiento no solo modifica la cronología de la construcción de la Gran Muralla, sino que también aporta información clave sobre su evolución y función defensiva.
La Gran Muralla, reconocida como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1987, es una magnífica construcción compuesta originalmente por numerosos segmentos separados, levantados por pequeños estados para defenderse de las invasiones del norte. El emperador Qin Shi (221-210 a.C.) decidió unir estos segmentos, formando así una barrera de miles de kilómetros que complicó el ingreso de las fuerzas mongolas al suelo chino.
La Gran Muralla, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1987, es una estructura imponente formada originalmente por numerosos tramos inconexos que pequeños estados construyeron para protegerse de invasiones del norte. Fue el emperador Qin Shi (221-210 a.C.) quien tomó la decisión de unir estos tramos, creando una barrera de miles de kilómetros que dificultó el acceso de las fuerzas mongolas al territorio chino.
En la actualidad, la Gran Muralla se extiende a lo largo de más de 20.000 kilómetros y abarca 15 regiones de nivel provincial, incluyendo Pekín, las provincias norteñas de Hebei y Mongolia Interior, así como Gansu y Xinjiang en el noroeste. Este reciente descubrimiento arqueológico ofrece una nueva perspectiva sobre el origen y la importancia de una de las construcciones más icónicas del mundo, reafirmando su papel en la historia de la civilización china.