El Atlético de Madrid recibe este miércoles al Feyenoord (18.45, Movistar LC) con cierto desahogo, después de haber bordeado el que pudo haber sido el primer bache de la temporada. Las victorias en el derbi (3-1), en Pamplona (0-2) y la remontada ante el Cádiz (3-2), han aliviado a un equipo que se vio demasiado pronto con la necesidad imperiosa de ganar para evitar un desplome prematuro tras la caída en Valencia (3-0). “El entrenador ha gestionado bien esa primera derrota”, aseguran en el club, donde también han apreciado que ha preponderado más su mano izquierda que el látigo.
Tras la estrepitosa derrota del Atlético en Mestalla, Diego Pablo Simeone reunió a todo el plantel. La exigencia del calendario más inmediato —con el estreno en la Champions ante el Lazio en Roma y el derbi tres días después— puso al técnico y a sus futbolistas al borde de la primera crisis del curso. El peligro de un mal estreno europeo y una hipotética derrota en el derbi hubieran desencadenado unas primeras dudas demasiado madrugadoras.
La charla que Simeone dio a sus jugadores tuvo más de conciliadora que de bronca cuartelaria. Les insistió en mantener la idea de juego con la que enmendaron la temporada anterior tras el Mundial de Qatar y les invitó a reivindicarse ante los partidos trascendentales que se avecinaban. Incluso el técnico tuvo un punto de autocrítica interna al admitir que cambiar el sistema en Mestalla —fue más un 4-3-3 que el habitual 5-3-2— pudo ser un error. El dañino empate que logró el Lazio en el último minuto con el cabezazo de su portero Provedel también motivó otro discurso del entrenador. Esta vez, en el mismo vestuario del estadio Olímpico de Roma. Ante la decepción de sus jugadores, Simeone elogió el segundo tiempo realizado, tras los deficientes primeros 45 minutos ofrecidos. Y volvió a incidir en la necesidad de mantener ese plan de juego en el que el equipo asume más riesgos con la pelota cuando inicia el juego desde atrás.
En los días previos al derbi, el Cholo también tuvo charlas individuales con futbolistas como Lino y Griezmann, además de trabajar los centros pasados a la espalda de los centrales y de los laterales del Madrid que tan bien aprovecharon Morata, en dos ocasiones, y Griezmann.
Con todo, Simeone también tuvo que intervenir en el descanso del derbi. El Atlético disputó los últimos 10 minutos de la primera parte contra el Real Madrid como si fueran los últimos del partido. Ganaba dos a uno, pero el dominio al que le sometió su rival en ese tramo amenazaba con un empate que no solo echaba por tierra la ventaja de dos goles adquirida a los 20 minutos de juego. Una igualada del Madrid también hubiera hecho mella en el trabajo psicológico emprendido por Simeone. Acorralado y asustado como vio al equipo en esos 10 minutos últimos del primer acto del derbi, el Cholo elaboró ante sus futbolistas una charla liberadora en la que les insistió en que se empeñaran en demostrar que saben jugar bien al fútbol.
El Atlético fue otro tras la reanudación y concretó ese cambio de aire con el gol de Morata que puso el 3-1 definitivo al minuto de iniciarse el segundo tiempo. No era la primera vez que Simeone apelaba a que sus futbolistas mejoraran con la pelota. La temporada pasada, en el descanso de un desastroso partido en el campo del Levante, les tuvo que recordar a sus futbolistas que el fútbol consiste, mayoritariamente, en pasar bien el balón a los compañeros. Aquel recordatorio causó un impacto muy por encima de la simpleza del recordatorio que hizo. El equipo mejoró mucho el juego a raíz de ese partido.
El derbi también ha marcado un punto de inflexión en el quipo. Ganó en Pamplona refugiado más en la estructura que le sostiene que en el juego y le remontó dos goles al Cádiz desplegando un juego fluido y ofensivo que mantuvo cuando se puso por delante en el marcador. Simeone ha mantenido al equipo en la pelea por la Liga con el inconveniente de la multitud de bajas por lesión que ha padecido y padece (Reinildo, Lemar, Savic, Memphis, Barrios, Söyüncü). La última, para hoy, la de Giménez.
El Feyenoord, que se presenta en el Metropolitano sin su cotizado goleador, el mexicano Santiago Giménez, sancionado, pondrá a prueba a este Atlético que tiene en la Champions una asignatura pendiente, en la que ha penado más de lo previsto en las últimas fases de grupos. Solo suma seis victorias en sus últimos 26 partidos en la gran competición europea y solo ha ganado uno de los últimos 11 encuentros que ha disputado como local. </CW>
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