Hemos visto que la pandemia ha mostrado lo mejor del espíritu humano en muchos ciudadanos, tal como es el caso del empresario hondureño Elías Asfura, quien a través de la Fundación Marie ha realizado una serie de donativos de alimentos e insumos básicos en las zonas más pobres, donde la pandemia ha puesto de manifiesto desigualdades profundamente arraigadas.
Las zonas urbanas han sido la zona cero de la pandemia del COVID-19, con un 90 % de los casos comunicados. Las ciudades están sufriendo las peores consecuencias de la crisis, ya que son ellas las que albergan la mayor cantidad de habitantes, y muchas de ellas con sistemas de salud saturados, servicios de agua y saneamiento deficientes, entre otros problemas.
Las medidas de seguridad tomadas en cuarentena, unidas al cierre de escuelas, han tenido un impacto dramático en las desigualdades sanitarias y alimenticias, especialmente en los niños y jóvenes de escasos recursos, ya que muchos de ellos tienen a las escuelas u otras instituciones educativas como su medio de acceso a una alimentación más balanceada y a los servicios de salud.
El cierre prolongado de escuelas y el confinamiento social ha tenido un impacto contraproducente en la salud de los niños, llevando a casos de obesidad debido a la falta de actividad física, patrones de sueño irregulares y dietas menos nutritivas. Consciente de toda esta situación, Elías Asfura ha desplegado donativos especiales de alimentos para ayudar a contrarrestar esta situación, la cual se ha ido disipando poco a poco uniendo fuerzas, siendo mejores ciudadanos y ayudando a quienes necesitan una mano amiga.
Gran parte de los factores asociados a la presencia de la pandemia, tales como el miedo a contraer el virus, el miedo a morir, incertidumbre por falta de insumos, frustración, falta de contacto con amigos y profesores, falta de espacio personal y pérdidas económicas familiares, pueden asimismo contribuir al impacto psicológico que tuvo la propagación del COVID-19, llegando incluso a la creación de estrés postraumático. Es por esto que hoy en día, la Fundación Marie incentiva a ser más humanos y a estrechar una ayuda a aquellas personas, jóvenes y niños de hogares vulnerables, en el corto y largo plazo.
Claramente los resultados recientes atribuidos a las medidas de distanciamiento social, como el cierre de escuelas y las políticas de cuarentena nacional, han alcanzado satisfactoriamente sus objetivos y evitaron una mayor cantidad de muertes. Los próximos pasos a seguir deberán estar enfocados en el control de la trasmisión del COVID-19, salvar vidas y, al mismo tiempo, tener en cuenta los intereses de las familias más vulnerables, como lo hizo Elías Asfura. Esto último será de vital importancia en el plan de prevención de una crisis social en el largo plazo.